Respuesta instintiva frente a la Amenaza.
Inicialmente, la espalda estaba estructurada de forma tal, que era posible enrollarla en momentos de peligro, igual que hace un erizo. Esta postura hace que la armadura más fuerte del cuerpo, la columna vertebral, soporte los golpes, afronte el mundo y, al mismo tiempo, proteja las partes suaves y vulnerables, como la garganta, el pecho, y el abdomen, donde tienen lugar los procesos de vitales de la vida.
Esta postura se encuentra registrada en nuestro comportamiento humano. Sin ser siquiera conscientes de ello, cuando tenemos cualquier dolor, tristeza o enfermedad.
Entonces podemos decir, que esta zona del pecho, queda compactada como una caja y bloqueada, conteniendo así todas las emociones no expresadas.
Te invito entonces a realizar el siguiente ejercicio para descomprimir y expandir.
-Acuéstate boca arriba, extiende todo tu cuerpo.
- Lleva el foco a respirar profundamente.
-Observa como entra el aire y expande tu pecho.
-Varias veces, hasta sentir que tus costillas se mueven y las sientes como suben y bajan…
- Luego con tus dos manos vas a masajear el esternón y cada una de las costillas que nacen de ahí.
- Suelta las manos y observa al respirar, la diferencia con la primera vez que te acostaste y comenzaste a respirar.
Este ejercicio fácil y profundo, puedes ponerlo en práctica en cualquier momento del día y sobre todo por las noches cuando te acuestes en la cama para descansar.
Sin más me despido hasta la próxima
Cualquier duda me consultas
Analía González Mackenzie